forrar un libro es como ir en bicicleta o ¿dónde están las cosas que se hacen sin pensar?

respiramos, no pensamos en ello, no pensamos cómo hacerlo, simplemente lo hacemos: respiramos...

esta noche me he dado cuenta de que la habilidad de forrar libros se almacena en nuestro cerebro junto a la de ir en bicicleta, o la de nadar... no sabes cómo pero te plantas con 30 añazos y todavía te acuerdas de como se hace (he vuelto al cole y no quiero que se estropeen los libros, ¡que me han costado lo suyo!). la vida me sorprende... es como poner un CD que solías escuchar con 15 años y descubrir que te sabes las canciones... es MAGIA.

hace algo más de un mes que ha vuelto una persona muy especial, de hecho nunca se fue (thanks Mr Internet for being there everyday), simplemente pusimos un oceano de por medio que, lejos de separarnos, nos hizo estar más cerca (no logro recordar qué fue lo que nos alejó mucho antes de que ella se fuera... qué tonta fui). pero de repente estamos tomando un cafecito juntas, como esta tarde, en nuestras propias casas (bueno de sus propietarios, que todas estamos de alquiler) hablando de lo que nos pasa, haciéndonos preguntas, riéndonos... ¡joder si es que somos las mismas!

me he puesto a recordar y me vienen a la mente imágenes, sensaciones, olores, detalles... momentos que me hicieron crecer siendo muy feliz.  mi hermano, mi padre, instantes con mi madre congelados en el tiempo, navidades, vacaciones... ¡todo está ahí! en nuestros cocos... todo lo demás son historias. el cerebro almacena los pequeños detalles en el lugar donde se guardan las cosas más valiosas, aquellas que se hacen sin pensar... es MAGIA y vale la pena detenerse un minuto para recordar quien eres, de dónde vienes y valorar todo lo que tienes.

es un regalo poder contar con esas personas con las que has vivido todo tan intensamente, personas que te conocen por dentro porque te han ayudado a crecer... es bonito poder seguir compartiendo la vida como lo hacíamos de pequeños...

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